12.1.10

Algunas consideraciones antes de acabar


A la gente le gusta ver al policía vestido con su uniforme, al juez revestido con su toga, al médico con su bata. La autoridad de esas personas con autoridad no está conferida por las vestiduras. Pero las vestiduras, sin duda, son una gran ayuda. La realidad de este hecho va allá de lo que diga cualquier postura teológica.

La razón principal de que hayan de existir unas vestiduras clericales, radica en la necesidad de distinguir lo sagrado de lo profano. ¿Consideramos al sacerdote un hombre más, o un hombre sagrado? Si es un hombre más, aunque nos de buen ejemplo, aunque ayude a los demás, no es necesaria una vestidura clerical.

Si consideramos al sacerdote como el portador de unos poderes sacramentales dados por Jesucristo, como el portador de una autoridad sagrada sobre el Pueblo de Dios, como el hombre que se ha consagrado al 100% a Dios y que por tanto él mismo pasa a ser algo de Dios, entonces sí que es necesario distinguir a ese ser humano de lo profano.

Esta necesidad de distinguir entre lo sacrum y lo profanum es general. Por ejemplo, ¿cómo distinguimos una mesa normal de un altar? Por su hechura, por los materiales, por los signos distintivos que hemos colocado. ¿Cómo distinguimos una copa normal de un cáliz? ¿Cómo distinguimos una casa normal de la Casa de Dios? ¿Cómo distinguimos el aceite normal puesto en un envase, del Santo Crisma puesto en otro envase? En todos estos casos, lo sagrado de lo profano se distingue por los signos. Lo mismo sucede para distinguir entre la persona sagrada y el laico.

Otra cosa distinta es que no aceptemos que el sacerdote es una persona sagrada. Pero decir eso sería ir contra la enseñanza del mismo Dios en la Sagrada Escritura, donde en innumerables sitios indicó que los sacerdotes eran personas sagradas porque eran cosa suya. Y eso que hablaba del sacerdocio veterotestamentario que era inferior al del Nuevo Testamento. Pero, aun así, en el Antiguo Testamento indica con todo detalle cómo serán las vestiduras litúrgicas del sacerdote. Como se ve por la Biblia, a Dios no le da lo mismo el tema de las vestiduras.

¿Pero por qué no se indican vestiduras clericales para los levitas, sino sólo las cultuales? Eso se debe a que el levita fuera del Templo, era una persona normal con su familia, sus hijos y su trabajo. Del mismo modo que no vestimos con sotana a un diácono permanente, tampoco lo hizo Dios con los levitas. No tendría sentido que un diácono permanente trabajara como panadero y que llevara su sotana todo el día.

Pero hecha esta explicación, vemos que a Dios no sólo no le es indiferente el tema de las vestiduras eclesiásticas, sino que Él mismo determina todos y cada uno de los detalles de las vestiduras cultuales, incluso de los calzones: formas, colores, número de prendas, materiales de los que se harán. La idea de que todo esto le es indiferente a Dios, está directamente contradicha por la Palabra del Altísimo.

Pero, en definitiva, la pregunta de antes sigue resonando: ¿qué es el sacerdote? ¿Un mero animador de la comunidad? ¿Un mero trabajador de obras de caridad? ¿Un mero pastor en el sentido protestante? Si el poder del que dirige una comunidad, proviene de que ha sido elegido por votación por sus fieles, no es necesaria una distinción entre lo sagrado y lo profano. El párroco posee una autoridad sagrada que proviene no de sus fieles, sino de Cristo a través de su obispo.

Autoridad sagrada, porque por ejemplo un gobernante de una nación tiene un poder, una autoridad, pero no es sagrada. Se trata de una autoridad profana, secular, cuyos límites y condiciones vienen dadas por la voluntad popular y la Ley Natural.
(El señor con gafas que hay delante de la loba, soy yo. A mí, como a Hitchcock me gusta aparecer en mis películas una vez.)

6 comentarios:

  1. Sabía, que antes o después habría una foto suya. Solo comentarle que no me cae usted mal, pero me ha parecido siempre un poco creído y narcisista. Solo eso.

    ResponderEliminar
  2. En según que lugares, el llevar distintivos religiosos supone tener que reforzarse de esa fuerza espiritual que Dios da. Muchas veces puede suponer ser un pequeño mártir del odio acumulado a los demás, que en fracciones de segundos van para aquel que dice o demuestra ser católico.
    Si uno no lleva las vestiduras sacerdotales, según dicen algunas personas, da oportunidad de que le conozcan como persona por sus obras, pues ya les habrían rechazado antes del saludo.

    Usted sabe bien qué supone llevar sotana, y en que lugares tiene aceptación o rechazo.

    ResponderEliminar
  3. Hmo. Agustin

    En lo personal, me parece que los signos externos son muy importantes y necesarios.

    Yo soy religioso, de votos perpetuos, y debo confesar que he sido un tanto rebelde al no usar en todo momento mi hábito, y es que en ocaciones me ha resultado agradable pasar desapercibido. Sin embargo, debo admitir que el sentido de la consagración de un sacerdote o un religioso es convertirse en signo palpable que dé testimonio de la presencia de Dios. Doy testimonio de eso que menciona usted, la presencia de un hombre con hábitos hace y pone a pensar a la gente, a veces no eres bien visto y hasta te insultan, a veces eres visto con agrado y te pueden sonreir. El punto es que debemos actuar conforme a los votos y consagración que hicimos, para eso lo hicimos y no hay que tener miedo al mundo si te escupen o te insultan o te juzgan antes de conocerte.

    En cuanto al comentario sobre el hecho de que los hábitos te separan de la gente, me parece que es falso y tendencioso afirmar algo así. Cuando he salido a la calle con mi hábito, es cuando más contacto he tenido con la gente, es cuando más jóvenes se acercan y te preguntan sobre la posibilidad de vida consgrada, es cuando los pobres se te acercan más, es cuando la gente te cuestiona más sobre la existencia de Dios y lo relacionado a la moral y la fe. Me parece que tienen que ver con una actitud meramente personal, es decir, si quieres ser un religioso o sacerdote mal encarado y con hábito, pues eso es lo que serás, pero si portas tu hábito con sencilles y le sonríes a la gente, caramba te conviertes en un imán que atrae a las almas.

    me gustó mucho esta sección, aunque no estaría mal algo de citas bibliográfias, usted sabe, para justificar algunos datos, unque reitero, me parece que su comentario justifica muy bien el porque debemos usar hábitos o vestiduras clericales

    ResponderEliminar
  4. Rvdo. Padre muchas felicidades por esta pagina, no sabe cuanto bien hace.

    ResponderEliminar
  5. Padre José siempre he sido defensor de la sotana y el hábito religioso, desde siempre, ya escribía sobre ello, y nuevamente estoy de vuelta con el tema.

    Poco a poco, con el tiempo, lo iré dejando en el blog que hoy he estrenado:

    http://salvacionenlaiglesiacatolica.blogspot.com/

    Antes de dejar información sobre el vestir religioso, estoy compartiendo lo que nos enseña la Iglesia sobre nuestra salvación. Y además, tengo que leer sus estudios que ha compartido sobre este tema tan interesante de la sotana.

    Por otra parte, es verdad que el sacerdote es una persona sagrada, y por tanto, siempre merece todo el respeto conforme el Corazón de Jesucristo.
    José Luis

    ResponderEliminar
  6. Excelente Padre Fortea. Muchas gracias.

    http://jorgesse.blogspot.com/

    ResponderEliminar