12.1.10

Detrás de las vestiduras hay toda una teología


La eterna cuestión acerca de cómo deben ir vestidos los clérigos, depende de qué consideramos que es el sacerdocio. En el fondo, detrás de esta cuestión sobre las vestiduras, hay todo un esquema teológico.

Unos consideran que el sacerdote debería ser un hombre normal, casado, con hijos y, preferiblemente, con un trabajo civil. De forma, que para ellos lo ideal sería que el sacerdote fuera un hombre normal con un trabajo secular, que se dedica a las cosas de la Iglesia en el fin de semana.

Frente a esta idea de un sacerdote del mundo, está la concepción del sacerdocio como consagración. El sacerdote que reza su breviario, que dedica tiempo generoso a la oración, que está dedicado al 100% a las cosas de Dios y de su Iglesia.

En el fondo, unos quieren un sacerdote que está en el mundo, es del mundo y es como todo el mundo, mientras que en la otra concepción el sacerdote está en el mundo sin ser del mundo.

Estas dos concepciones del sacerdocio son las que tienen su expresión en una u otra forma de vestir. Pero en el fondo, una visión del sacerdote es una visión bastante humana, en la que lo esencial es la caridad, la ayuda al prójimo. En la otra visión, el sacerdote ante todo es el hombre de Dios, el hombre que administra su gracia.

Aunque la raíz por la que unos defienden o atacan los trajes clericales, depende al final de qué es lo que consideramos que es la Iglesia, conviene considerar un detalle. Los protestantes, al principio, atacaron con saña todo tipo de vestidura que distinguiera a los pastores del resto de los creyentes. Durante muchas generaciones no hubo vestidura alguna entre sus pastores, pues se cargaron mucho las tintas en que esta costumbre era ajena a la Biblia. Pero hoy día, cuatro siglos después, la mayor parte de esas denominaciones han restaurado trajes eclesiásticos, al menos, para las ocasiones solemnes. Y, por supuesto, los trajes litúrgicos fueron restaurados mucho antes que los eclesiásticos.

La iglesia ortodoxa se separó y se mantuvo bastante incomunicada de la católica durante mil años. Y, sin embargo, el Espíritu Santo la llevó por el mismo camino que la Católica en este tema. Y no sólo eso, sino que incluso la hechura de sus vestiduras eclesiásticas es casi igual. Más sorprendente resulta que incluso en color coincida, y vayan de negro.

1 comentario:

  1. Es muy interesante este concepto relacionado a la vestimenta religiosa. Estoy en un todo de acuerdo. La vestidura del Sacerdote es presencia evangelizadora en el mundo. Donde hay una sotana alli esta un hijo de Dios.

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